El martes 22 de enero, con motivo de la Semana de Oración por la unidad de los cristianos, nos hemos reunido católicos y ortodoxos para rezar juntos.
Ha sido la primera experiencia conjunta de este tipo, aunque la colaboración y el diálogo han sido las constantes que han propiciado que hoy podamos reunirnos para rezar juntos por la unidad.
Después de la oración, hemos compartido la cena, degustando los sabores típicos de cada uno de los países de origen.
La alegría, la buena armonía, la paz que brota de sabernos uno en Cristo ha sido la tónica de esta fría noche de enero, donde a pesar del hielo y el viento, hemos compartido el calor y fuego del mismo Espíritu que nos une.
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